ALGAS, LAS VERDURAS DEL MAR

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ALGAS, LAS VERDURAS DEL MAR

Las algas, también conocidas como "verduras marinas", son un alimento sumamente nutritivo que nos aporta numerosos beneficios para la salud.

Las algas son auténticas verduras de mar, con los mismos ciclos naturales que las plantas terrestres, pueden crecer en aguas dulces o saladas, se alimentan de la luz solar y se pueden encontrar a nivel del mar o en las profundidades formando grandes bosques marinos.

Estas verduras del mar son una excelente fuente de proteína vegetal de alto valor biológico, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales en proporción notable, aportan poca grasa, una gran cantidad de minerales, vitaminas, fibra y sustancias antioxidantes, lo que las convierte en un alimento saludable con numerosas propiedades.

Las algas, con sus diferentes formas, colores y propiedades, son consideradas un recurso valioso para enriquecer nuestra dieta y aportar los minerales necesarios para el funcionamiento del organismo. Desde la antigüedad, las algas han sido apreciadas por su densidad nutricional y por las propiedades beneficiosas que aportan al cuerpo humano.

¿Sabes qué propiedades tienen las algas?

Las algas son más nutritivas que muchas de las verduras que consumimos. Son ricas en oligoelementos, vitaminas y proteínas de alta calidad, lo que las convierte en una excelente opción para enriquecer nuestra alimentación.

El yodo es uno de los minerales estrella de las algas, un oligoelemento imprescindible para el metabolismo energético de las células, ya que al añadir pequeñas dosis de algas a la dieta habitual se pueden cubrir las necesidades diarias de yodo, lo que es importante para favorecer una síntesis adecuada de hormonas en la glándula tiroidea, aunque en casos de hipertiroidismo debemos tener especial cuidado y mantener un control estricto de la ingesta de este mineral.

Las algas se consideran también una buena fuente de fósforo y calcio, por ejemplo, el fósforo se encuentra en una gran variedad de algas, como es el espagueti de mar.

Aunque el hierro de las algas no se asimila igual que el de origen animal, sigue siendo muy interesante por su cantidad y por la presencia de vitamina C, que desempeña un papel importante en su absorción.

Las algas también son una fuente importante de vitaminas, como por ejemplo, el alga nori tiene un alto contenido en betacaroteno o provitamina A, conocida por su papel protector en la salud de la vista. La familia de la vitamina B es también abundante en algas como la espirulina, mientras que las vitaminas E y C, potentes antioxidantes, además de grandes aliadas para un buen tono y salud de la piel, están presentes en la lechuga de mar o el alga wakame.

Además, las algas también contienen potasio, selenio, zinc y una gran cantidad de fibra.

Y sus beneficios …..

Los efectos de las algas sobre la salud se deben esencialmente a su abundancia en minerales.

Mantienen nuestros huesos y dientes sanos, ya que los niveles adecuados del calcio, el magnesio y el fósforo que nos aportan las algas nos ayudan a mantener dientes y huesos sanos contribuyendo a prevenir la osteoporosis, todas las algas contienen calcio, aunque el alga wakame es la de mayor aporte

Nos ayudan contra la anemia, gracias al contenido en hierro y vitamina C que convierten a las algas en grandes aliadas en los casos de anemia.

También favorecen las buenas digestiones, ya que los mucílagos de algas como el wakame ejercen un papel protector sobre las mucosas del estómago e intestino, haciendo que nuestras digestiones sean más suaves y que se tenga una mayor sensación de saciedad. Y además, las algas nos ayudan a mejorar el tránsito intestinal gracias a su alto contenido en fibra, ya que previenen el estreñimiento y mejoran nuestra microbiota intestinal.

Nos ayudan a mejorar nuestra salud cardiovascular, las algas son un alimento con muy bajo contenido en grasas y algunas de ellas incluso nos ayudan a mantener a raya el colesterol LDL como el alga klamath

Por su riqueza en yodo, las algas son una alternativa vegetariana y vegana para obtener este mineral, con lo que a su vez nos pueden ayudar a prevenir el bocio.

Las algas son ricas en calcio, magnesio, hierro, silicio y en aminoácidos esenciales, lo que aumenta nuestras defensas y nos ayuda a fortalecer piel, uñas y cabello.

A pesar de sus beneficios, es importante destacar que las algas pueden ocasionar trastornos gástricos al inicio de su consumo, por lo que es recomendable un consumo modera y siempre comprobando cualquier tipo de reacción o alergia que nos pueda provocar, por lo que también podemos optar por beneficiarnos de sus propiedades a través de su ingesta mediante suplementos naturales, ya que así nos aseguraremos de tomar las dosis adecuadas y necesarias en cada momento, y respetaremos siempre las dosis recomendadas por el fabricante

Que tipos de algas podemos encontrar

Las algas tienen formas muy variadas, las podemos encontrar filamentosas, con forma de arbusto, en cintas o cilíndricas, y en cuanto a los colores se refiere, pueden ser pardas, rojas, verdes o verdes azuladas, e incluso tonalidades doradas.

Las algas doradas, también conocidas como Chrysophyceae, se encuentran principalmente en agua dulce, y su color varía entre tonos amarillos intensos y dorados, cercanos al marrón.

Por su parte, las algas verdes azuladas deben su tonalidad característica a su alto contenido en clorofila, y dichas algas son, además, una excelente fuente de proteínas y antioxidantes.

Por otro lado, las algas verdes se caracterizan por su contenido en clorofila y almidón, lo que les da un color más intenso que las verdes azuladas, además de que las hace ideales para ensaladas y platos frescos.

En cambio, las algas pardas son exclusivas de aguas saladas, su color marrón se debe a la presencia de xantofilas y yodo, y son muy populares en la elaboración de productos como el kombu y el wakame.

Y por su parte, las algas rojas deben su color a la presencia de biliproteínas, un pigmento que enmascara el verde de la clorofila, las cuales son ricas en nutrientes y muy utilizadas en la gastronomía asiática.

Existen diferentes tipos de algas comestibles, cada una con sus propias características y beneficios para la salud, y las podemos encontrar tanto desecadas para su uso en cocina, como en suplementos naturales para tomar de manera más cómoda, nosotros decidiremos dado el momento, la forma más adecuada de consumirlas.

El alga Wakame resulta una de las más sencillas y fáciles de consumir en nuestras primeras pruebas con las algas, ya que se puede añadir a ensaladas, verduras y sopas poniéndola en remojo previamente unos minutos. Es muy digestiva, pero al ser tan rica en nutrientes y fibra basta con consumirla en pequeñas dosis para beneficiarnos de sus propiedades, ya que debemos tener en cuenta que una vez hidratada se expande hasta diez veces su volumen seco. Esta alga limpia la sangre y ayuda a remineralizar el aparato circulatorio, y destaca por su contenido en calcio, magnesio, yodo y fósforo, así como en proteínas vegetales.

Por su parte, el alga Kombu se suele añadir en la cocción de legumbres y arroces con el fin de facilitar la digestión de estos alimentos, además de que resulta muy remineralizante y ayuda a regenerar las funciones intestinales, aunque debemos tener en cuenta, que esta alga necesita estar bien cocinada, ya que es bastante fibrosa.

Por otro lado, el alga kombu se puede añadir a infinidad de platos para enriquecerlos en sabor y nutrientes, pero si queremos tonificar en profundidad el sistema nervioso, podemos preparar un condimento llamado Shio Kombu, que consiste en mezclar unos trozos de alga Kombu, previamente remojada en agua unos diez minutos, para después cocerla en ese mismo agua, durante 45 minutos a fuego lento y tapada, junto con un 1/3 de taza de tamari (una salsa de soja fermentada más espesa y menos salada pero con un sabor más intenso, que no incluye la adición de ningún tipo de grano), dejaremos enfriar la cocción y tomaremos dos trocitos en cada comida

También nos puede ser de gran ayuda el alga Nori, que nos ayuda para tratar los problemas de la piel y mucosas, es rica en vitamina A y una muy buena fuente de omega 3. Esta alga de origen japonés se consume en hojas tostadas al fuego, para hacer las famosas onigiri japonesas, bolas rellenas de arroz con umeboshi (ciruelas japonesas secadas al sol) y sushi.

Aunque también la podemos encontrar en copos ya tostados que resultan muy cómodos para añadir a verduras, cereales o ensaladas.

Pero, en todos los casos, debemos tener en cuenta que es un poco pesada de digerir y requiere bastante fuerza digestiva, por lo que puede provocar malestar digestivo.

Igual de beneficioso es el Espagueti de mar, cuyo nombre científico es Fucus elongatus, es un alga principalmente europea y poco conocida en oriente, que crece en mares profundos y zonas agitadas, tienen una forma alargada y estrecha que recuerda a los tallarines, el cual nos aporta niveles muy altos de calcio, resulta muy beneficiosa para controlar los niveles de colesterol, hipertensión y estreñimiento.

Otra alga muy fácil de consumir es el alga Dulse, utilizada como alimento por los Vikingos y los guerreros Celtas en sus largas travesías, es rica en proteínas además de ser el mejor remedio para tratar los problemas de anemia gracias a su alto contenido en hierro

Por otro lado, también el llamado Musgo de Irlanda nos brinda sus propiedades emolientes y laxantes, es rico en mucílagos y yodo, y es un alga refrescante e hidratante, apropiada para tratar patologías que cursan con calor. Se suele utilizar como acompañamiento en las ensaladas durante la época estival

Y los beneficios que nos aporta el Kelp, un tesoro marino para la salud, el cual es un alga parda que crece en las costas de la Patagonia. Este superalimento, tradicional en países como Japón y China, es una fuente natural de yodo, vitaminas y minerales esenciales.

Destaca por su capacidad para regular la glándula tiroides gracias a su alto contenido en yodo, ayudando a combatir el hipotiroidismo y optimizando el metabolismo. Además, su fibra natural reduce la absorción de grasas, convirtiéndolo en un aliado para ayudarnos a controlar el peso y combatir el sobrepeso.

El Kelp es rico en vitaminas del grupo B, calcio y hierro, nutrientes clave para fortalecer huesos, combatir la anemia y apoyar a las mujeres en etapas como la menstruación, embarazo y postparto. También contiene antioxidantes que previenen la pérdida de elasticidad de la piel, promoviendo una apariencia más joven. Y además, entre sus beneficios adicionales, el Kelp nos ayuda a reducir el colesterol, combate el estrés y la fatiga, mejora problemas metabólicos como artritis y reumatismo, y protege contra los efectos de radiaciones y metales pesados. Un verdadero regalo del océano

También, igual de recomendable, es la lechuga de mar, una fuente rica en nutrientes esenciales como vitamina A, vitamina C, hierro, yodo y ácido fólico, fundamentales para la salud ocular, el sistema inmunológico y nervioso, además de ser una excelente alternativa sostenible de proteínas, ya que el 20% de su peso está compuesto por ellas, convirtiéndola, además, en una opción respetuosa con el medio ambiente.

Gracias a sus antioxidantes, como carotenoides y polifenoles, combate el estrés oxidativo y nos ayuda a prevenir enfermedades crónicas, así como el envejecimiento prematuro. También es una aliada para la digestión por su alto contenido en fibra, que mejora el tránsito y mejora la flora intestinal.

En la cocina, su versatilidad es impresionante. desde ensaladas hasta sopas, su textura crujiente y sabor fresco realzan cualquier plato.

También el agar-agar, una goma natural de origen marino extraída de algas rojas, es un ingrediente versátil con múltiples aplicaciones en la cocina, la microbiología (es fundamental para preparar medios de cultivo) y beneficioso para nuestra salud. Originario de Japón y Corea, este producto se obtiene tras hervir las algas recolectadas, filtrarlas y liofilizarlas, logrando una sustancia seca que, al combinarse con líquidos calientes, forma una gelatina al enfriarse.

Compuesto por polisacáridos como agarosa y agaropectina, el agar-agar destaca por su capacidad de gelificar entre 35°C y 43°C y soportar altas temperaturas, por lo que en la cocina, su poder espesante lo convierte en una alternativa vegetal a la gelatina animal para utilizar en flanes, yogures, helados y salsas.

Sus beneficios no se limitan a su funcionalidad, ya que este superalimento nos aporta minerales como magnesio y yodo, facilita la digestión, actúa como un laxante suave y nos ayuda a tratar la obesidad gracias a su riqueza en fibra. También ayuda a reducir la reabsorción de colesterol, siendo ideal para quienes buscamos cuidar nuestra salud o controlar su peso.

El agar-agar es mucho más que un ingrediente, es un aliado para la salud y la creatividad culinaria.

Al igual que el alga Klamath, una micro-alga silvestre que también nos aporta sus valiosas propiedades inmunomoduladoras, antioxidantes, reguladoras de la inflamación, antivíricas y reductoras del colesterol así como reguladoras del metabolismo glucémico, tiene además, un alto contenido en vitaminas del grupo B, aminoácidos, oligoelementos y minerales, así como ácidos grasos esenciales, todo beneficios para nuestra salud.

Son conocidas también como un alimento para el cerebro, ya que contienen péptidos que actúan como precursores de neurotransmisores esenciales para su buen funcionamiento. Además, son una fuente completa de proteínas, incluyendo los ocho aminoácidos esenciales, fundamentales para la regeneración celular.

Ricas en clorofila, estas algas no solo ayudan a purificar la sangre, sino que también favorecen la digestión y activan enzimas corporales. Su contenido en vitaminas del grupo B, especialmente B12, beta-caroteno y minerales quelatados, las convierte en un aliado ideal para mantener altos niveles de energía y salud general.

Incorporar las algas Klamath a nuestra dieta puede ser una forma natural y efectiva de nutrir el cuerpo y potenciar la mente.

Y una de las algas más conocida, la Espirulina, con su característico color verde azulado, es un alga multicelular en forma de espiral que crece en aguas dulces, es un verdadero multivitamínico natural, sus finísimos filamentos se encuentran llenos de nutrientes con una gran biodisponibilidad, nos aporta vitamina B12, aminoácidos tanto esenciales como no esenciales, hierro, ácidos grasos, minerales y oligoelementos

Tiene efectos similares a la Chlorella, como la reducción del colesterol, efecto prebiótico, desintoxicación de metales pesados, protección contra la radiación, efecto antialérgico y aumento de energía. Es ideal para deportistas, embarazo y anemia e incluso para dietas de adelgazamiento.

Y la no menos conocida, el alga Chlorella, un alga unicelular de color verde que crece en agua dulce, es rica en carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales, es la mayor fuente de clorofila que existe, y su alto contenido en betacaroteno la convierte en un potente antioxidante que nos ayuda a reforzar nuestro sistema inmunológico, tiene propiedades como la reducción del colesterol y triglicéridos, protección contra el estrés oxidativo, capacidad quelante de metales pesados y alcalinización, así como reducción de la inflamación

Cocinando algas

Las algas esconden un secreto que no fue descubierto hasta 1908 por el químico japonés Kikunae Ikeda. Este químico es el responsable de que a los cuatro sabores “clásicos” se les haya sumado oficialmente desde hace unos años un quinto sabor, el umami. Ikeda se dio cuenta de que el alga kombu es especialmente rica en ácido glutámico, lo que produce la sensación gustativa que bautizaron con este nombre, que en japonés significa “delicioso” (El umami es conocido como el "delicioso sabor salado" en japonés, y su sabor, a menudo se describe como la delicia carnosa y salada que profundiza el sabor de los alimentos)

En la cocina con algas es básico usar poca cantidad, ya que son un alimento muy concentrado, tanto en nutrientes como en sabor, y cunden mucho, con apenas unos gramos se obtiene un gran aporte de minerales y vitaminas.

Las algas son una alternativa sana al marisco. Pocos alimentos transmiten la sensación fresca y yodada del mar como sus habitantes primigenios, las algas.

Se pueden combinar distintos tipos de algas como lechuga de mar, dulse, arame o wakame y aliñarlas con vinagretas de sabor profundo. Dado lo intenso de su sabor (y también lo concentrado de sus propiedades) es interesante servir este tipo de ensaladas en pequeñas porciones.

La espirulina, al presentarse en polvo, puede enriquecer fácilmente con sus proteínas zumos, gazpachos o cremas de verdura.

Las algas más duras y de sabor más intenso (como kombu) son ideales para estofados, curries, platos especiados e invernales. Se pueden preparar platos como curry de lentejas o estofado con kombu, ya que las algas hacen que las legumbres queden más tiernas y que se asimilen mejor.

También se pueden freír para hacer un atractivo aperitivo o utilizarlas en chutneys con frutas secas e incluso elaborar pesto con lechuga de mar y piñones, y además, las algas también se pueden añadir a fermentados y encurtidos

Incorporar algas a nuestra dieta no solo es una forma de diversificar nuestras comidas, sino también de cuidar la salud. Su sabor único y sus propiedades nutritivas las convierten en un ingrediente que vale la pena explorar. Si buscamos sorprender a nuestros invitados o simplemente disfrutar de una alimentación más saludable, las algas son un tesoro que no puede faltar en nuestra cocina.

Hay que atreverse a experimentar con recetas nuevas y descubrir todo lo que este regalo del mar tiene para ofrecernos.

¡Nuestro cuerpo y nuestro paladar nos lo agradecerán seguro!

¡Atrévete a probarlas y descubre todos sus beneficios!

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